Tramitaciones de un procurador
Los procuradores habrán de cumplir con ciertos requisitos de manera que puedan ejercer su actividad. Habrán de ser, obviamente, licenciados en derecho, y además de ello deberán ser especialistas en Derecho Procesal y deberán ser titulares del Colegio de Procuradores que les corresponda. Además de la titulación, un buen procurador posee unas características muy específicas para que los procesos judiciales se den de la forma más adecuada para los clientes. La agilidad es fundamental.
Se trata de agilizar en lo posible cualquier tramitación burocrática que afecte al proceso. Por ejemplo, una de las funciones de los procuradores es la presentación de demandas. Este tipo de documentación habrá de ser presentada con unas especificaciones muy concretas.
Entre las tramitaciones de un procurador, las demandas son de las actividades más relevantes. Estos escritos habrán de ser presentados en las correspondientes instituciones, y harán posible la continuación del proceso. Otro de los factores importantes que hay que tener muy en cuenta es el de la comunicación con el representado. El cliente, a pesar de no conocer los términos legales, habrá de permanecer perfectamente informado sobre su situación a través de un lenguaje lo bastante accesible y comprensible.
La tranquilidad de los clientes resulta de gran relevancia en los procesos judiciales, y en su favor trabajan los procuradores... quienes, además de comunicar cualquier situación del proceso, harán posible una agilización que haga innecesarias largas esperas entre los trámites. Un procurador librará de cualquier obstáculo administrativo legal a los procesos, además de proporcionar la máxima confidencialidad respecto a los documentos relacionados con su cliente.